El abogado penalista ayuda no solamente en la parte legal sino también ayuda en la medida de lo posible al cliente en el aspecto espiritual y emocional. Como abogado penalista tengo trato todo el tiempo con personas, con seres humanos que sufren el drama penal, mi trabajo consiste precisamente en ayudar a resolver conflictos derivados de las complejas relaciones humanas, por tanto el comportamiento humano es un tema que siempre me ha interesado, me llama la atención el porque la gente delinque, el porque la gente sufre, porque la gente no es feliz.
La libertad es uno de los bienes mas preciados por los seres humanos, por tanto el drama penal es el momento en donde quién lo sufre pierde toda esperanza, se quiebra el espíritu y solo queda la Fe en que el abogado hará legalmente su trabajo para resolver la situación, por esta razón el abogado penalista debe ser una persona muy responsable, con conocimiento de la ley penal y sobre todo con una gran fuerza espiritual para luchar sin desfallecer por la causa penal del cliente, es en este momento en que se establece una relación muy personal cliente abogado y es en este momento que se tiene la oportunidad de ayudar no solo legalmente sino también en el aspecto personal y emocional del reo.
Las palabras positivas y de aliento para el cliente son indispensables para ayudarle a creer en la vida, en la justicia, en el amor. En este orden de ideas mi experiencia como abogado penalista y con la inquietud de querer saber el porque entre otras cosas la gente no es feliz me ha llevado a formular las siguientes preguntas: ¿que se necesita para ser feliz? ¿Qué cosas se deben tener para experimentar felicidad? ¿Qué personas se necesitan tener a un lado para sentirse feliz? ¿Qué circunstancias se necesitan que cambien para ser feliz?
Con algunos años de experiencia como abogado y conociendo el drama penal he llegado a la conclusión de que hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas le fastidian y le molestan. Ellos van por este hermoso mundo corriendo desesperados como un niño que afanado persigue el arco iris. A pesar del serio esfuerzo del niño y su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se haya mas allá de donde ellos se encuentran.
Hay quien dice: Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida. Con esa filosofía de vida algunos piensan: cuando encuentre a mi cónyuge, entonces seré feliz. Otros que ya lo han encontrado y ya se han decepcionado piensan “cuando me separe de mi marido, entonces seré feliz”. Algunos piensan: cuando tenga hijos seré feliz y otros cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad".
Para esas personas les tengo una mala noticia y si tú piensas así, también te incluiría a ti. Podrás tener riquezas y ser infeliz, estar rodeado de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales, pero eso no quitará de ti todos tus males.
Es que la felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien te haga feliz sino en aprender a traer felicidad a los que te rodean. La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente, establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.
Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso. No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe como evitarlas y cuando es imposible, sabe como curarlas. No es feliz quien nunca tiene problemas o todo tiene resuelto, sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede busca ayuda inmediatamente.
Por eso mi consejo para ser feliz es:
Por tu propio bien te aconsejo que dejes de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que te están rodeando y comienza a cambiar desde tu interior las actitudes que te están afectando e impidiendo ser feliz.
Marco López
Abogado Penalista, Licenciado en Derecho y Maestro en Ciencias Penales por la Facultad de Derecho de la Universidad Anáhuac, egresado de la Academia de Destrezas en Litigación de California Western School of Law en San Diego, California, EE.UU; catedrático del Instituto Nacional de Ciencias Penales INACIPE, Miembro de la Comisión de Derecho Penal de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C. (BMA).